Desde la aparición de la Inteligencia Artificial (IA) el Compliance se encuentra en pleno proceso de
transformación. Para muchos se presenta como una herramienta revolucionaria destinada a incrementar la
efectividad y eficiencia de estos programas al permitir, entre otras funciones:
- Realizar análisis sofisticados de riesgos en las organizaciones mediante técnicas de análisis de datos
especiales (machine learning). - Facilitar la formación de los trabajadores de la organización y de los Responsables de Cumplimiento.
- Reducir los costes de auditoría.
- Permitir procesar grandes cantidades de información de forma automatizada.
- Identificar infracciones normativas al instante.
No obstante, no podemos obviar que el uso de la IA en este tipo de programas plantea grandes retos y
preocupaciones, principalmente en relación con la protección de datos personales, la automatización de
respuestas sin tener en cuenta consideraciones éticas ni diferencias individuales y la regulación de la
responsabilidad de los responsables de su gestión, ya que no cualquiera se encuentra cualificado para su
uso y análisis, lo cual puede conllevar la toma de desiciones carentes de fundamentación.
De hecho, la Regulación General de Protección de Datos (RGPD) de la Unión Europea ya ha determinado
los requisitos y las obligaciones que deben respetar aquellas entidades que procesen datos personales
haciendo uso de tecnologías de inteligencia artificial.
Puede parecer una realidad lejana pero ya existen varios ejemplos del uso de la IA en materia de prevención
delictiva. Por ejemplo, el Gobierno de Colombia se está planteando la implantación de un sistema de IA para
detectar posibles irregularidades o patrones de corrupción y la policía de EEUU ha contratado los servicios
de una empresa cuya IA puede analizar las redes sociales y predecir futuros delincuentes.
Llegados a este punto muchos se preguntarán si cabe a posibilidad de que estos sistemas generados por IA
prosperen sin necesidad de intervención del factor humano. Sin duda la respuesta es un rotundo no. Siempre
será necesario contar con expertos en Compliance para interpretar los datos, establecer medidas de
prevención adecuadas y tomar decisiones aplicadas a la realidad empresarial. Tal y como bien refiere la
World Compliance Association, “en contra de lo que comúnmente se piensa, este tipo de tecnologías no está
pensada para reemplazar a los humanos en su trabajo”.
Victoria Galiot Vargas.
Criminóloga.